lunes, 11 de noviembre de 2013

Grifols compra la unidad de diagnóstico de sangre de Novartis por 1.240 millones

El grupo español prevé aumentar sus ventas en unos 1.000 millones con la operación

La adquisición está financiada por un crédito sindicado entre BBVA, Nomura y Morgan Stanley

 http://economia.elpais.com/economia/2013/11/11/actualidad/1384156838_871605.html

 

martes, 22 de octubre de 2013

http://bitesized.immunology.org/

Interesantisimo Recurso WEB de la British Society for Immunology

http://bitesized.immunology.org/

sábado, 28 de septiembre de 2013

A más gasto sanitario, más supervivencia al cáncer

· Los enfermos de países con más presupuesto tienen mejores expectativas
· España se sitúa en el grupo intermedio de Europa


El gasto sanitario está directamente relacionado con las posibilidades de sobrevivir a un cáncer. Cuanto más gasta un Gobierno en sanidad, menor es la mortalidad por esta enfermedad. La asociación entre gasto y resultados en salud es más evidente en el caso del cáncer de mama, según un estudio que publica mañana la revista científica Annals of Oncology. El trabajo se ha presentado en el Congreso Europeo de Cáncer que se celebra estos días en Ámsterdam.
Los autores utilizaron datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de incidencia y mortalidad por cáncer y examinaron su asociación con el gasto en sanidad por persona en 27 países de la UE (todos menos Croacia, el último incorporado). El resultado fue una fuerte correlación inversa entre gasto sanitario y supervivencia al cáncer tras el diagnóstico: a más gasto, la mortalidad es menor. Aunque la investigación no analiza las causas de esta asociación, los autores sugieren que puede deberse a que un mayor gasto permite diagnósticos más precoces y tratamientos más efectivos y accesibles.
Los investigadores vieron que en los países que gastan alrededor de 3.500 dólares (2.588 euros) al año por persona en sanidad, la mortalidad para todos los tipos de cáncer alcanza al 45% de los pacientes diagnosticados. Si se aumenta el gasto en 500 dólares (369 euros), la mortalidad se reduce un 5%, hasta el 40%. “La mortalidad disminuye cuanto más se invierte en sanidad, aunque a medida que aumenta el gasto, las ganancias marginales en mortalidad se reducen”, ha explicado a EL PAÍS el autor principal del estudio, Felipe Ades, oncólogo del Instituto Jules Bordet y profesor de la Universidad Libre de Bruselas.
La importancia del gasto sanitario aumenta en el caso del cáncer de mama, tal y como se imaginaban los investigadores, que decidieron elegir este tipo de tumores por la importancia de los programas de cribado y la efectividad de los tratamientos existentes. El trabajo compara Europa Occidental y Oriental. “Aunque la mortalidad por cáncer de mama es similar en todos los países europeos, al calcular la proporción de muertes por casos diagnosticados encontramos que una fracción menor de pacientes fallecieron en los países de Europa Occidental”, ha relatado Ades.
El trabajo ha despertado especial interés entre la prensa española presente en el congreso, al que EL PAÍS acude invitado por Boheringer Ingelheim. Dados los resultados del mismo, “es probable que las políticas de austeridad provoquen un aumento de la mortalidad por cáncer”, ha afirmado Ades. Los datos utilizados por los autores son de 2008 y no analizan tendencias, por lo que no es posible medir el efecto que ha tenido la crisis y los recortes. España ocupaba ese año el puesto número 13 en niveles de gasto y era el tercero por la cola entre los países de Europa Occidental, solo detrás de Grecia y Portugal. Y eso antes de que el gasto en salud descendiera por primera vez en 2010 (un 5%) y volviera a hacerlo en 2011 (y años sucesivos) debido a los recortes, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El indicador del Banco Mundial que utilizan los autores incluye la suma del gasto público y del gasto privado, pero solo el primero se considera relevante dado que el segundo es poco significativo en la mayoría de países europeos. España gastó 3.125 dólares (unos 2.300 euros) en 2008, una cifra similar a la que habitualmente maneja la OCDE, aunque la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat) reduce mucho la cifra hasta los 1.492 euros por persona. Ades no ha podido explicar esas diferencias. “Lo que importa es la relación entre gasto y mortalidad”, ha dicho el investigador. “A menos gasto, más muertes después del diagnóstico”, ha concluido.
El estudio no tiene en consideración condicionantes como las características genéticas, los estilos de vida, la exposición ambiental o las infecciones, así como otros factores que influyen en la incidencia del cáncer. Además, la mayor incidencia de la enfermedad en los países más ricos también puede estar relacionada con una mayor detección precoz. Los autores volverán a analizar nuevos datos en 2014.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

CARTA AL MINISTRO: Señor ministro, no nos defraude otra vez

En 2102 solo se utilizó el 54% del dinero inicialmente asignado a I+D+i

Recientemente, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha anunciado que en 2014 el presupuesto de I+D+i experimentará un aumento, por primera vez desde que comenzó la crisis. Se trata de una buena noticia, aunque habrá que esperar a ver cómo se concreta en cifras, de modo que no defraude las expectativas de la comunidad científica española, próxima ya a su nivel de saturación de declaraciones que no se corresponden con los hechos.
Para ello los incrementos deben ser significativos, aplicarse en los capítulos en los que se necesitan y ejecutarse íntegramente, no sea que nos encontremos con la paradoja de contar con un presupuesto aprobado mayor, pero con menos dinero disponible, como ya ha ocurrido en el pasado. Y es que, después de las duras peleas parlamentarias para aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE), estos parecen, a veces, papel mojado. Permítanme explicarme tomando como ejemplo el año 2012, el último ejercicio presupuestario cerrado, aunque lo que se describe no es un hecho particular ni aislado de ese año.
La cantidad aprobada en los PGE para I+D+i en 2012 en el Parlamento fue de 6.393,59 millones de euros (lo que supuso ya un 25% menos que en 2011). Pues bien, según los datos de ejecución presupuestaria del Ministerio de Hacienda, el dinero finalmente consignado como presupuesto disponible para I+D+i fue de 5.049 millones, es decir, ¡1.340 millones menos de lo aprobado! ¿Estábamos los ciudadanos al corriente de esto? ¿Lo estuvieron / están los parlamentarios? Entonces, ¿para qué la pantomima de los 6.393 publicados en el BOE? ¿Para contar con una cifra suficientemente abultada con la que guardar las apariencias? De nada servirá incrementar la cifra inicial del presupuesto, si después el crédito final disponible (que en general ya pasa desapercibido o no es definitivo hasta muy avanzado el año) no se corresponde con esta cantidad.
Pero esto no es todo. Del presupuesto final consignado (esos 5.049 millones) solo se ejecutó el 54,7%. Es decir, prácticamente la mitad del presupuesto, ya de por sí extraordinariamente mermado, quedó sin utilizar y retornó a las arcas del Estado. Los 6.393 millones de partida que ya nos parecían insuficientes se han quedado reducidos a 2.764 sin una mínima explicación o sonrojo. Claro, es un negocio redondo para Hacienda. ¿Pero cómo es posible esto? ¿Que tengamos poco y no lo utilicemos? ¿Ineficacia? En absoluto, todo perfectamente previsto. Para entenderlo necesitamos recordar que el presupuesto de I+D+i se divide en dos grandes grupos: las subvenciones (dinero que el Estado da a las instituciones) y los préstamos (dinero que el Estado presta a las instituciones receptoras, que después deben reintegrar en los plazos e intereses que se estipulen).
Los préstamos constituyen más de la mitad del presupuesto total de I+D+i y el dinero no gastado proviene esencialmente de ellos. Por ejemplo, de su parte en I+D+i, el ministerio ejecutó solo en torno a la tercera parte de su presupuesto final en ese capítulo. Esto viene sucediendo así año tras año, como hemos denunciado reiteradamente desde la Confederación de Sociedades Científicas Españolas (COSCE). Es muy sencillo: las instituciones públicas no pueden acceder a estos préstamos y el número de empresas privadas que recurren a ellos es muy limitado. Todos los responsables políticos lo saben, pero sin embargo, este mismo año 2013 se ha aumentado sensiblemente la partida de préstamos mientras se reducía en más de un 13% la de subvenciones. ¿Con qué objetivo? Evidentemente, poner una cifra que maquille la realidad en cuanto a la inversión pública en I+D+i. Por eso, de nada servirá aumentar el presupuesto si no se pone allí donde hace falta y se utiliza, esto es, en forma de subvenciones para investigación, desarrollo e innovación.
Finalmente, el incremento debe ser significativo. Tras cinco años de descenso presupuestario continuado, la situación de la I+D+i española es tan crítica que el propio Gobierno ha tenido que aprobar partidas extraordinarias para que el CSIC, nuestro principal organismo de investigación, pueda llegar a final de año sin cerrar sus puertas y para que las actuaciones de 2013 previstas en el Plan Estatal de Investigación, aprobado por el Gobierno a comienzos de año, puedan ponerse en marcha. A título de ejemplo, recordemos que la última convocatoria de proyectos de investigación, de la que depende la mayoría de la investigación de todo el país, fue en diciembre de 2011, hace prácticamente dos años. Por consiguiente, no basta con consolidar en los presupuestos estas partidas extraordinarias: con ellas solo conseguiremos mantener el estado de latencia actual. No podemos conformarnos con eso. Hace falta un esfuerzo suplementario para recuperar la energía que el sistema científico español ha demostrado en los últimos años y para frenar el éxodo obligatorio al que muchos de nuestros científicos jóvenes y menos jóvenes se ven impelidos. Hace falta lanzar un mensaje nítido a los jóvenes de qué modelo de sociedad queremos. Y uno tiene la inevitable sensación de que, como dijo Tony Judt, “algo va mal” cuando un solo jugador de fútbol cuesta más que todo el plan estatal de formación de doctores.
La ciencia y la tecnología son la base de la economía del futuro de las naciones. Los ciudadanos así lo perciben cuando en una encuesta reciente han señalado al colectivo de científicos como el que les generaba una mayor confianza. Los investigadores somos gente entusiasta y deseosa de devolver a la sociedad esa confianza con nuestro trabajo y que este repercuta en el bienestar social. Como ya hemos dicho en varias ocasiones necesitamos regularidad en el sistema, certidumbre y predictibilidad. Y para ello el incremento presupuestario debe ser significativo, en forma de subvenciones y que se ejecute en su totalidad. Señor ministro, no nos defraude otra vez.
Carlos Andradas es presidente de la Confederación de Sociedades Científicas Españolas (COSCE), miembro del Colectivo Carta por la Ciencia.

martes, 17 de septiembre de 2013

Despedida de una científica que está haciendo las maletas


Tras cinco años en España, con un contrato Ramón y Cajal, el desplome de la I+D impone de nuevo la emigración a Estados Unidos

Estimado Sr. Presidente,
Aprovechando el periodo estival, y para minimizar los costes de mi próximo traslado trasatlántico, estoy haciendo limpieza de mi oficina en el CSIC y me gustaría devolverle algunos documentos que ya no voy a necesitar.
Adjunto le devuelvo el certificado oficial de haber superado positivamente la evaluación del Programa I3, el Programa de Incentivación de la Incorporación e Intensificación de la Actividad Investigadora. Agradezco el detalle del Ministerio de Economía y Competitividad pero, en el contexto actual de la investigación en España, no entiendo los conceptos “incentivación”, “incorporación” e “intensificación” (tampoco el de “actividad investigadora”, más allá de la basal). Gracias de todos modos por comunicarme que soy “apta” para investigar; del feedback de la comunidad científica uno no se puede fiar.
Así mismo le devuelvo la homologación española del título de doctor que obtuve en EEUU y la docena de documentos necesarios para su trámite. Todos los documentos vienen con la apostilla de la Haya y las consiguientes firmas del Gobernador del Estado, traducciones oficiales y copias compulsadas con las firmas del Cónsul español en Nueva York. Se incluyen las descripciones detalladas de todas las asignaturas cursadas, que resultaron de mucho interés tanto para el Gobernador como para el Cónsul. Afortunadamente España lidera la cruzada de las homologaciones. Fuera de nuestras fronteras cualquier título original vale, un verdadero escándalo.
El documento que guardo con más cariño, y que también le devuelvo en este envío, es el BOE que describe mi contrato bajo el programa Ramón y Cajal. Subrayado en amarillo encontrará el párrafo donde se detalla el compromiso explícito de, superadas las evaluaciones pertinentes, convocar una plaza con el perfil del investigador contratado. Fue ese párrafo el que me hizo poner fin a más de una década en EEUU. También le devuelvo otro BOE, el de la Ley de la Ciencia, que reafirma ese compromiso de estabilización laboral, introducido precisamente por su grupo parlamentario en el Senado. Le envío esos documentos en una bolsa hermética, son puro papel mojado.

Por el mismo conducto le envío las 700 páginas de certificados y documentos que tenía preparados para el día en que se convocara una plaza con mi perfil, algo que nunca ocurrió. Es la documentación requerida para acreditar la veracidad de mi currículum. Recopilar esa documentación fue una labor de investigación tremendamente gratificante. Sepa usted que en los muchos trabajos que he solicitado fuera de España la documentación requerida es algo más escueta, aproximadamente de 10 páginas: un plan de trabajo y un breve currículum, que no hay que justificar porque la comunidad científica opera con un código de honor. Si quiere un día se lo explico. Sepa usted también que nunca he podido presentarme a una oposición en una universidad española por no tener la acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, acreditación que, por otro lado, sólo se consigue si uno tiene una vinculación previa con una universidad española. Es curioso que ni la Universidad de Princeton ni la Universidad de California en Berkeley, donde hice hace unos años sendas entrevistas de trabajo para plazas de profesor, echaran en falta dicha certificación de aptitud. Quizá la permeabilidad tenga algo que ver con la excelencia, ahora que estamos tan preocupados por los rankings internacionales.
También le devuelvo la carta que la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología tuvo el detalle de enviarme hace unas semanas a mi antigua dirección en la Universidad de Princeton. El objetivo de dicha misiva es realzar la “marca España” con un programa denominado “Ciencia Española en el Exterior”. Sepa usted que me trasladé a España hace cinco años y cuando emigre próximamente la ciencia que haga ya no será española, ni será gracias a España; seguiré haciendo ciencia a pesar de España. No se molesten en enviarme esa misma misiva a mi nuevo centro de trabajo en NASA. Ese esfuerzo ímprobo que han realizado ustedes para localizar a investigadores españoles en el extranjero, que ha llegado incluso a recopilar los viejos correos electrónicos de los que habíamos regresado hacía años, podrían canalizarlo en contactar con los investigadores que todavía están en España y cuya permanencia en el país pende de un hilo. Quizá sea interesante evaluar el alcance del problema, analizar las causas y diseñar una estrategia para buscar soluciones. ¿Cómo, que no sabe a qué problema me refiero? Al de la fuga de cerebros, esa realidad sangrante que su equipo describe como un “topicazo”. Les sugiero un nuevo eufemismo para su colección: inquietud laboral.
Ya se que tiene usted copia porque la dejamos en el Registro de Entrada, pero permítame enviarle de nuevo el CD con las 50.000 firmas de la primera Carta Abierta por la Ciencia y otro con las 80.000 firmas de la segunda. Y una sugerencia: en la verja del Ministerio de Economía y Competitividad, cuyas puertas cerraron a cal y canto el pasado 14 de junio ante la llegada de la mayor manifestación de investigadores en la historia de España, tenga usted disponible, por favor, un rollo de celo. Lo digo para que podamos pegar en la verja la siguiente carta abierta por la ciencia, como pasó con nuestra última carta. O ponga usted un corcho. Entiendo que ambas cosas, el celo y el corcho, excedan el presupuesto de la I+D(*) en España; nos apañamos con uno u otro.
También le devuelvo todas las afirmaciones que su equipo ha hecho de cómo España sigue apostando por la I+D(*). Deduzco que esa apuesta fue hecha en Eurovegas y perdimos. Le devuelvo esas afirmaciones con el mismo afecto con que las recibimos. En realidad usted personalmente no miente, porque no ha dicho nada, absolutamente nada al respecto. Pero aquí le envío los contactos de los 156 periodistas nacionales e internacionales con los que hasta ahora he tenido el placer de hablar sobre su política científica, por si algún día se decide a decirles algo sobre este asunto. Somos todo oídos.
En este abultado envío también le adjunto mi certificado de empadronamiento y dudo si devolverle o no el pasaporte de mi hija de nueve meses; tiene doble nacionalidad pero nuestro futuro en España es tan incierto que me pregunto si volverá a necesitar el pasaporte español. Ahí le van. Se los envío con un nudo en la garganta, el nudo doble de los que se enfrentan a la emigración por segunda vez.
Por último, y a cambio de todos estos documentos que le devuelvo, le pido tan sólo una cosa: devuélvame usted mi dignidad como investigadora, y en el mismo envío, si no le es mucha molestia, devuélvasela a toda la comunidad de investigadores en España, y no se olvide de los de humanidades.
Mariano, durante su legislatura la investigación en este país se está hundiendo irremediablemente hacia el abismo de la fosa de las Marianas. Y si bien es cierto que nuestros colegas científicos han descubierto que hay vida allá abajo, sepa usted que es bacteriana.

Un cordial saludo,

Una investigadora.

(*) P.S. I+D significaba Investigación y Desarrollo.

Amaya Moro-Martín es investigadora Ramón y Cajal del CSIC y promotora de la Plataforma Investigación Digna

miércoles, 5 de junio de 2013

LA INMUNOTERAPIA DE MODA (nosotros ya lo sabíamos)

Inmunoterapia, la nueva frontera del cáncer

El 50% de melanomas con metástasis responden al tratamiento | Otros cánceres, como los de riñón y de pulmón, también pueden beneficiarse del avance | Las nuevas terapias aún no están aprobadas en Europa ni en EE.UU.

 La Vanguardia Ciencia Josep Corbella | Chicago 

Una nueva familia de fármacos que dan al sistema inmunitario la capacidad de destruir células tumorales ha conseguido eliminar el cáncer en pacientes con metástasis que se habían quedado sin ninguna otra opción de tratamiento.
Estos nuevos fármacos son el avance más importante en tratamiento del cáncer desde la llegada de las llamadas terapias moleculares hace quince años, según una opinión compartida por expertos que participan en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica que se celebra en Chicago.
Pese a los prometedores resultados obtenidos en ensayos clínicos, los nuevos fármacos aún no están aprobados en Estados Unidos ni en Europa, por lo que no están al alcance de la gran mayoría de pacientes.
“Habrá un antes y un después de estos fármacos. Son los que tendrán un mayor impacto en el mundo de la oncología en los próximos años”, vaticina Antoni Ribas, de la Universidad de California en Los Angeles, que ha dirigido uno de los principales estudios de los nuevos fármacos presentados en el congreso de Chicago.



Conocidos como inhibidores de PD-1 y de PD-L1, los nuevos fármacos representan un avance conceptual en el tratamiento del cáncer. Si la mayoría de terapias utilizadas hasta ahora –y que se seguirán utilizando- se basan en atacar directamente las células tumorales, la nueva estrategia se basa en habilitar el sistema inmunitario para que sea él quien ataque estas células.
Para conseguirlo, los fármacos bloquean las proteínas que el tumor utiliza para evadirse del sistema inmunitario. De este modo, el sistema inmunitario puede reconocer las células cancerosas como elementos indeseables y destruirlas. De ahí que estos nuevos tratamientos se conozcan como inmunoterapias.
Aunque el tratamiento del cáncer estimulando el sistema inmunitario se ha intentado utilizando distintas estrategias desde finales del siglo XIX, nunca hasta ahora se habían conseguido resultados lo bastante buenos para aplicar una inmunoterapia oncológica a gran escala.
Según los resultados presentados por Ribas, el 52% de un grupo de pacientes con melanoma avanzado tratados con lambrolizumab –un inhibidor de PD-1- han respondido al tratamiento. De ellos, uno de cada cinco ha tenido una respuesta completa –es decir, ha desaparecido todo rastro de cáncer de su organismo con las pruebas de diagnóstico actuales-. Y un resultado particularmente esperanzador: a diferencia de lo que ocurre con otras terapias, los beneficios del tratamiento suelen mantenerse a largo plazo sin que por ahora aparezcan células tumorales resistentes a los fármacos.
Un estudio similar dirigido desde el hospital Memorial Sloan-Kettering de Nueva York, también presentado en Chicago, ha obtenido resultados similares. El 47% de un grupo de pacientes con melanoma avanzado ha respondido a la inmunoterapia y, de ellos, casi nueve de cada diez han tenido una reducción del tumor superior al 80% en menos de tres meses. En este caso, el tratamiento consistió en una combinación de nivolumab –otro inhibidor de PD-1- y de ipilimumab –un inhibidor de CTLA-4, que es otra molécula que impide al sistema inmunitario destruir las células tumorales-.
Ambos estudios se han realizado con grupos reducidos de pacientes (188 entre los dos) para establecer la dosis adecuada y hacer una primera evaluación de la seguridad y la eficacia de los tratamientos. Pero en esta ocasión"creo que tendremos uno de los desarrollos más rápidos de la historia de la oncología y los nuevos fármacos podrían ser aprobados de manera acelerada en Estados Unidos sólo con los datos de estos estudios", declara Antoni Ribas.
En Europa, las autoridades sanitarias son más reticentes a la aprobación acelerada de fármacos.
Aunque el melanoma es el tipo de cáncer donde más se han estudiado estas inmunoterapias, también se han registrado resultados alentadores en pequeños grupos de pacientes con cáncer de pulmón o de riñón. Por el contrario, los resultados no han sido tan buenos en cáncer de próstata sin que a día de hoy se sepa por qué.
Son especialmente prometedores los resultados obtenidos en cánceres de pulmón derivados del tabaquismo. Los oncólogos piensan que esto se debe a que para el sistema inmunitario es más fácil reconocer y atacar las células que acumulan una gran cantidad de mutaciones debidas a agresiones ambientales, como las del tabaco o las de la radiación ultravioleta en el melanoma.
Un estudio internacional en el que participa el hospital Vall d’Hebron, del que se han presentado resultados preliminares en Chicago, está examinando actualmente el potencial de un fármaco de la misma familia en cánceres colorrectales, gástricos, de páncreas, de ovario, de mama, de cabeza y cuello y en sarcomas.
La situación es similar a que se produjo a finales de los años 90 cuando aparecieron las primeras terapias moleculares contra el cáncer –es decir, fármacos que iban dirigidos contra moléculas específicas de las células tumorales, en lugar de atacar de manera indiscriminada las células que se dividen como las quimioterapias anteriores-.
En aquel momento, los oncólogos empezaron a disponer de fármacos que eran eficaces en algunos pacientes y en algunos tumores específicos. Pero no tenían modo de saber qué pacientes responderían a los tratamientos y faltaba conseguir terapias moleculares para otros tumores.
Desde entonces, las terapias moleculares se han extendido y hoy día forman parte del arsenal terapéutico habitual contra el cáncer. Se utilizan contra una gran variedad de tumores y se han desarrollado tests para saber a priori qué pacientes responderán a los tratamientos.
En la medida en que la historia pueda servir de guía, las nuevas inmunoterapias parecen destinadas a seguir el mismo camino. Falta realizar más estudios para aclarar en qué cánceres serán eficaces y desarrollar tests para predecir qué pacientes responderán a cada fármaco.
"Debemos esperar a tener más datos para tener una idea precisa del impacto que van a tener las nuevas terapias en la oncología", advierte Josep Tabernero, jefe del servicio de oncología del hospital Vall d'Hebron y presidente del comité de cáncer gastrointestinal en el congreso de Chicago. Pero, con los resultados de los estudios presentados hasta ahora, "tenemos grandes expectativas”.

Te puede interesar: Entrevista con Antoni Ribas


Primicia en el Congreso de la SEI: Los BAM tienen ulucordios

El Profesor Sánchez-Madrid nos ha informado de la presencia de ulucordios en un nuevo tipo celular radiorresistente, los BAM.


Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

Julio Cortazar, Rayuela (Capítulo 68)

domingo, 2 de junio de 2013

Premio al Mejor Poster en el XXXVII Congreso de la SEI - Salamanca 2013

Premio al Mejor Poster en el XXXVII Congreso de la SEI - Salamanca 2013

ANAÏS JIMENEZ REINOSO

LEUKOCYTE DIFFERENTIATION AND FUNCTION IN HUMAN C3 DEFICIENCY




LISTADO DE POSTERS SELECCIONADOS EN LAS DIFERENTES SESIONES DEL CONGRESO.

S10‐P003: Pretransplant interferon‐gamma secretion by CMV‐specific CD8+ T cells
informs the risk of cytomegalovirus replication after solid organ transplantation
S. Cantisán, J. Torre-Cisneros; R. Lara; J. Redel; A. Rodríguez-Benot;J. Gutiérrez-Aroca; M.
González-Padilla; L. Bueno; M. Montejo; R. Solana; IMIBIC-Hospital Reina Sofía

S08‐P003: HFE gene mutations: relatioinship with the presence of colorectal polyps
and cancer
A. Bermejo(1), MD de Juan(1), A. Castiella (2), F. Mugica (3), E.Zapata (2), L.Zubiaurre (2), A.
Iribarren (2), L. Alzate (3), I. Gil (3), G. Urdapilleta (3), JI. Emparanza (4)
1 Immunology Service, Laboratory. Hospital Donostia. 2 Gastroenterology Service, Hospital de
Mendaro. 3 Gastroenterology/Endoscopy Service, Hospital Donostia. 4 Epidemiology Service,
Hospital Donostia. Guipuzcoa. Spain.

S09‐P004: INFLUENCE OF THE TANK, TNFSF18 AND IL18BP GENES IN THE OUTCOME
OF HCV INFECTION
Abad-Molina C, García-Lozano JR, Montes-Cano MA, Torrecillas-Cárdenas F, Romero-Gómez
M, Barroso N, Lopez-Cortes LF, Aguilar-Reina J, Núñez-Roldán A and González-Escribano MF.
Hospital Universitario Virgen del Rocío

S03‐P010: Leaky DOCK8 gene mutation in a patient with atypical phenotype an
impaired cytotoxicity (8)
1Raquel Ruiz-García, 1Sara Lermo Rojo, 2Luis Martínez-Lostao, 1,3Esther Mancebo, 1Sergio
Mora-Diaz, 1Miguela Menchén, 1,3Estela Paz-Artal, 3,4Jesús Ruiz-Contreras, 2Alberto Anel,
3,4Luis I. González-Granado, 1,3Luis M. Allende.
: 1 Servicio de Inmunología, Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid. 2 Dpto. de
Bioquímica, Biología Molecular y Celular, Universidad de Zaragoza, Zaragoza. 3Instituto de
Investigación I+12. 4 Unidad de Inmunodeficiencias, Dpto. de Pediatría, Hospital Universitario
12 de Octubre, Madrid.

S11‐P011: Leukocyte differentiation and function in human C3 deficiency
Jiménez-Reinoso A, Marin AVM, López-Relaño J, Mazariegos MS, López-Lera A, Martínez-
Naves E, Rodríguez de Córdoba S, Román E, López-Trascasa M, Regueiro JR
Inmunología, Facultad de Medicina, Universidad Complutense, Madrid, Spain.

S12‐P08: Effect of Notch1 mutation in differential protein expression patterns in BCLL
patients
Paula Díez, Seila Lorenzo, Wendy Nieto, Noelia Dasilva, María González-González, Ignacio
Criado, Martín Pérez de Andrés, Julia Almeida, Alberto Orfao & Manuel Fuentes
Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (Laboratorio 11). CSIC-Universidad de
Salamanca

Entre la precariedad y la emigración

Los médicos jóvenes se enfrentan a las mayores tasas de paro

Se debaten entre reciclarse y repetir el MIR o hacer la maleta

Formarles cuesta hasta 200.000 euros

 La de médico era hasta hace poco una profesión que esquivaba la crisis y el paro. Con mejores o peores contratos, más o menos estabilidad, un facultativo veía ante sí un futuro de trabajo en su país. Poco a poco esa imagen se difumina. En 2013 los recortes de las autonomías en personal están dejando cifras de paro médico inéditas. Las jubilaciones masivas de profesionales no se cubren, por lo que el tan cacareado relevo generacional no se produce. Con la marcha de los mayores se pierde experiencia y solidez profesional. Pero ¿qué pasa con los médicos jóvenes, los que están en la treintena? Todavía no son una generación perdida, pero desde luego son una generación precaria. Y emigrante. El éxodo médico se afianza año tras año. Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia se benefician de jóvenes profesionales con excelente formación que ha pagado España. Un tercer fenómeno entra en escena: el de los médicos que, huyendo de la incertidumbre laboral y el paro, vuelven a hacer el examen MIR y se embarcan en una nueva especialidad que, aunque cobrando mucho menos, les asegura cuatro o cinco años de contrato.
“Hacer una segunda especialidad es actualmente una salida laboral”, constata Matilde Sánchez, de 36 años. Ella, que hace solo unos días se incorporó como residente de primer año de medicina interna al hospital de La Paz (Madrid), lo sabe bien. Acabó la carrera de Medicina en Zaragoza, se especializó en microbiología clínica en el hospital Gregorio Marañón y ahora, tras cinco años ejerciendo como especialista, vuelve a ser novata. Vuelve a cobrar poco y a trabajar mucho, como cuando empezó. La razón principal: “La precariedad laboral junto a la falta de reconocimiento del trabajo hecho, tanto asistencial como científico”. En los cinco años de trabajo tras el anterior MIR tuvo contratos de becaria, de investigadora y de sustitución.
Se puede considerar afortunada. Cada vez es más común pasar temporadas en el paro. Puede parecer poco, pero los 2.649 licenciados en Medicina que constaban en abril como parados suponen una de las cifras más altas nunca recogidas. En febrero, con 2.728, se tocó techo. Otros 4.000 figuraban como demandantes de empleo. Estos últimos, como explica Fernando Rivas, vocal de Médicos con Empleo Precario de la Organización Médica Colegial, son los que hacen sustituciones aquí y allá, con contratos de un mes, semanas y hasta días sueltos. En la mayoría de casos es la sanidad pública las que les contrata así. Ya es bastante sintomático que exista una vocalía de médicos precarios. Y más aún que el vocal, radiólogo oncoterápico de 30 años, esté él mismo en paro.




Daphne Castaño, de 33 años, es otra de esas especialistas jóvenes que prefieren volver a cobrar 1.500 euros al mes, incluidas cinco guardias, y esquivar los contratos basura y las negras perspectivas laborales durante un tiempo. Pasó cinco años como médico interno residente (MIR) en medicina intensiva en el hospital Severo Ochoa de Leganés y ahora empieza en el 12 de Octubre de Madrid una segunda especialización, esta vez en radiología. En su decisión han pesado distintas variables: ver a sus antiguos compañeros de más edad “muy quemados” por una especialidad que “da muy mala vida” y la situación del mercado laboral. “Conozco a muchos que se ganan la vida como guardieros; hacen guardias en dos, tres y hasta cuatro sitios distintos. Es dormir y trabajar, nada más”, explica. Las guardias suelen ser de 17 o 24 horas seguidas. Estos médicos abarcan mucho para asegurarse el trabajo, porque en cualquier momento los hospitales pueden prescindir de ellos. “Antes, al acabar la residencia se podía aspirar a contratos de guardias. Los que acaban ahora ya ni eso. La situación está mucho peor que antes”, dice Castaño.
“Los jóvenes que acaban ahora la residencia tienen dos opciones: el paro o emigrar”, sentencia Francisco Miralles, secretario general de CESM, la confederación que agrupa a los sindicatos médicos de toda España. “Con lo que cuesta formar médicos, no ya económicamente, sino por el esfuerzo personal, familiar y de todo tipo; con una formación que es la envidia en el mundo entero, que estas personas terminen y estén en el paro es una salvajada”, insiste. Sus previsiones son muy lúgubres. Cree que el paro médico puede llegar a los 15.000 antes de que acabe la crisis.
“Una de las opciones que había, después de jubilar forzosamente a los 65, era ir reponiendo a esos médicos con gente joven, pero no se hace. Apenas hay contrataciones. Llegan ofertas de todo el mundo, así que preparamos a los jóvenes para dar valor al sistema sanitario español, pero se aprovechan otros sistemas”, insiste. Según cálculos de CESM formar a un médico cuesta entre 150.000 y 200.000 euros. Solo en 2011, el gasto en docencia MIR fue de 1.000 millones de euros, según datos del Ministerio de Sanidad.
“Desde luego, esta es una situación anormal”, afirma el vocal de empleo precario de la OMS. “Porque al paro médico hay que sumar la emigración. Puede parecer que 2.600 médicos en paro son pocos, pero solo en lo que llevamos de año se han ido 1.100 de España. El año pasado se fueron 2.400 y el anterior se habían ido 1.300. Estamos ante una subida muy pronunciada. La mayoría no se apunta al paro. Se van directamente”, asegura Rivas.
Manuel Zurbarán, médico especialista en medicina preventiva, se marchó hace unas semanas a París. Este sevillano de 30 años había aprovechado su último periodo de formación para hacer una rotación externa en Francia y, tras analizar la situación de la sanidad española, se decidió. Ahora trabaja en el Institut de Veille Sanitaire, un organismo oficial dependiente del Ministerio de Sanidad francés. “Cuando terminas la residencia, en este contexto de crisis económico-moral como la que atraviesa España, te enfrentas a una especie de abismo profesional: decides recular y comienzas una nueva especialidad, sabiendo que es algo transitorio; o bien decides saltar para emigrar, sin saber muy bien dónde y cómo vas a caer; o caes por el abismo del paro (al que no todos los residentes tienen derecho) a la espera de algún contrato-basura”, explica.
Zurbarán da sus razones para emigrar, y recuerda que no son exclusivas de los médicos. Las comparten con otros profesionales cualificados, como investigadores o ingenieros: “Expectativas de trabajo funestas, remuneración devaluada de tu trabajo, nula posibilidad de desarrollo profesional, falta de respeto a la profesión por parte de la clase dirigente, situaciones familiares a las que hay que hacer frente económicamente...”. Pese a tener contrato temporal le ha compensado irse. “El trabajo está bien remunerado, me permite seguir desarrollando mi carrera y siento que se valora mi labor como profesional. En mi caso he pasado de estar en la marea blanca de la sanidad para sumarme a la marea granate de la emigración; porque no nos vamos, nos echan”, dice.
Jorge Sotoca, pediatra, y Mercedes López, oftalmóloga, llevan ya varios meses en Suecia. Les ha contratado un hospital de la localidad de Eskilstuna. Cuando EL PAÍS habló con ellos, antes de marcharse, pero ya con el contrato firmado y la guardería escogida para su hija de un año, se quejaban de la precariedad laboral y de las dificultades para conciliar su profesión con la crianza de un hijo. Ahora, ya establecidos, cuentan que están “muy contentos con el cambio”, que trabajan a gusto, que sus jefes les escuchan, que pueden seguir formándose. Cobran 45.000 coronas brutas al mes (unos 5.200 euros), de lo que les descuentan un tercio en impuestos. Las guardias se pagan aparte. Trabajan de 8.00 a 17.00, con 30 minutos para el café y 45 para comer. Se ficha. “Nada de que el que acaba antes se va”, apunta Sotoca.
Los facultativos tienen 45 minutos para ver a un paciente nuevo; 30 si es una consulta sucesiva. Los cursos de formación se dan en horario laboral, nada de hacerlos en fin de semana. El servicio de López se reúne esta semana para decidir qué cursos, congresos o rotaciones hará cada médico el año que viene. En el de Sotoca hay 20 adjuntos, cinco de ellos superan los 65 años y dos tienen 70. En resumen, poco que ver con un hospital español. Desde que llegaron han entrado en contacto con otros médicos españoles en Suecia —en su hospital hay un traumatólogo— y han recibido muchas peticiones de información de compatriotas interesados en emigrar. Tantas que, “para no tener que repetir algunas de las cosas que la mayoría de la gente pregunta”, acabaron abriendo un blog (emigrantesensuecia.wordpress.com).
Muchos de los médicos extranjeros que se forman en España también se marchan. “La mayoría viene con el propósito de formarse, no de trabajar; pero hasta hace poco algunos decidían quedarse por arraigo o porque tienen ofertas de trabajo. Ahora no. El porcentaje de los MIR extranjeros que desean retornar a sus países o buscar otras opciones en Europa se ha disparado”, asegura Juan Pablo Ovalle, presidente de la Asociación de MIR extranjeros Amirex. Ovalle afirma, además, que hay un elemento de presión importante hacia el retorno: la burocracia. “La entrega del título puede tardar hasta un año y, hasta entonces, no se puede ejercer. En ese tiempo la mayoría de extranjeros no cobra el paro a pesar de que en la residencia sí cotizó”.
Algunos que se van desearían quedarse. A otros, profesionales bien formados en un sistema de prestigio, como el español, sus países de origen intentan volver a ficharlos; recuperarlos. Mientras, la joven medicina española se recicla o hace las maletas.


 

 

Científicos de todo el país se dan cita en el XXXVII Congreso Nacional de Inmunología

Destaca la conferencia de clausura, que será impartida por Gregory Winter, premio Príncipe de Asturias 2012 de Investigación Científica, el sábado 1 de junio 
 
Científicos de todo el país se dan cita en el Congreso Nacional de Inmunología - salamanca24horas 
La vicerrectora de Investigación de la Universidad de Salamanca, María Ángeles Serrano, ha asistido este miércoles a la sesión inaugural del XXXVII Congreso Nacional de Inmunología en el Auditorio de la Hospedería Fonseca. La actividad, organizada por la Sociedad Española de Inmunología, se desarrollará hasta el próximo 1 de junio y en su comité organizador figuran varios investigadores del Centro de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca. Cabe destacar la conferencia de clausura, que será impartida por Gregory Winter, premio Príncipe de Asturias 2012 de Investigación Científica, el sábado de 15:00 a 17:30 horas y que versará sobre nuevas estrategias terapéuticas con anticuerpos.

Las vacunas 'a la carta' son más eficaces que las tradicionales en los niños que reaccionan ante más de un alérgeno y permiten mejorar los síntomas en un 40 por ciento, según los expertos. Los niños con asma, rinitis, conjuntivitis, alergia a las picaduras de abeja o avispa o al látex con síntomas intensos y que no responden bien a la medicación, suelen tratarse con vacunas que administran pequeñas cantidades del alérgeno que provoca la alergia para que el cuerpo vaya poco a poco dejando de reaccionar ante él.

“Con las vacunas se modifican los mecanismos de defensa del niño para volverle inofensivo frente al alérgeno. Resultan ser más eficaces para el paciente con una única alergia, pero cuando hay más de un alérgeno responsable se hace más complicado acertar y en el caso de los polisensibilizados la eficacia disminuye”, asegura la doctora Ana Martínez-Cañavate, coordinadora del Grupo de Inmunoterapia de la SEICAP.
 
 
 
 
 

El Ayuntamiento nombra Huésped Distinguido a los doctores Sir Gregory Winter y Jacques J.M. Van Dongen


Participantes del XXXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Inmunología. Sir Gregory Winter es profesor del Trinity College, Cambridge, pionero en el desarrollo de anticuerpos monoclonales para usos terapéuticos y Premio Príncipe de Asturias a la Investigación (2012). El profesor Dr. Jacques J.M. van Dongen es director de la Unidad de Inmunología Molecular del Erasmus Medical Center (Rotterdam) y autor de más de 300 trabajos centrados en el diagnóstico y seguimiento de inmunodeficiencias, leucemias y linfomas.

 El Ayuntamiento nombra Huésped Distinguido a los doctores Sir Gregory Winter y Jacques J.M. Van Dongen - salamanca24horas
La concejala de Salud Pública, María José Fresnadillo, ha entregado hoy el título de Huésped Distinguido a los doctores Sir Gregory Winter y Jacques J.M. Van Dongen, quienes han participado en el XXXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Inmunología que se celebra en Salamanca desde el pasado miércoles y se clausura este sábado. El encuentro, ha reunido en la ciudad a más de 400 especialistas del área de la Inmunología Básica y Clínica.

Sir Gregory Winter es profesor del Trinity College, Cambridge, y es pionero en el desarrollo de anticuerpos monoclonales para usos terapéuticos. Por su trabajo científico ha sido distinguido con la Medalla Real de la Commonwealth (1990), el Premio Internacional Rey Faisal (1995), y el premio William B. Coley a la Investigación en Inmunología Tumoral (1999) y el premio Príncipe de Asturias a la Investigación (2012), entre otras distinciones. Por su parte, el profesor Dr. Jacques J.M. van Dongen es Director de la Unidad de Inmunología Molecular del Erasmus Medical Center (Rotterdam) y es autor de más de 300 trabajos centrados en el diagnóstico y seguimiento de inmunodeficiencias, leucemias y linfomas.
 
Cabe recordar que el título de Huésped Distinguido es una máxima distinción de la ciudad regulada en el artículo 160 del capítulo quinto del Reglamento Orgánico y de Funcionamiento del Ayuntamiento de Salamanca, que establece que este título “podrá otorgarse a personalidades excepcionales españolas o extranjeras que por sus destacados merecimientos, servicios extraordinarios en cualquier actividad y como muestra de la alta consideración que merecen, visitan la ciudad de Salamanca”.
 







Noticias Congreso SEI Salamanca 2013 (La Gaceta Regional de Salamanca)

LOS EXPERTOS DESTACAN EL POTENCIAL DE LA INMUNOLOGÍA COMO ARMA CONTRA EL CÁNCER
LA GACETA REGIONAL DE SALAMANCA
Para la investigadora Julia Almeida ese conocimiento preciso del sistema inmune .......


LA SALMANTINA JULIA ALMEIDA, PROTAGONISTA HOY EN LA MESA INMUNOLOGÍA Y CÁNCER
LA GACETA REGIONAL DE SALAMANCA
La investigadora salmantina Julia Almeida, del departamento de Medicina y del Centro del Cancer ....


ARRANCA EL CONGRESO DE INMUNOLOGÍA CON EL DEBATE SOBRE RECHAZO EN TRASPLANTES
LA GACETA REGIONAL DE SALAMANCA
El XXXVII Congreso Nacional de Inmunología comenzó ayer en el Auditorio de la ...

domingo, 12 de mayo de 2013

La edad perdida de la sanidad pública

La edad perdida de la sanidad pública

 

Cientos de médicos de más de 65 años han sido jubilados forzosamente en la sanidad pública

Su salida beneficia a la privada al subir la lista de espera y ofrecerles profesionales formados

Luis Ruiz del Árbol pasea por los pasillos del hospital Ramón y Cajal de Madrid por última vez. Algún compañero se para y le da la mano. No le dice mucho más. Sabe que él está entre los cerca de 500 médicos de más de 65 años que el pasado 30 de abril, vísperas de un largo puente en la capital, recibieron una fría carta de despido de la Comunidad de Madrid. De algunas paredes cuelga la carta al director de EL PAÍS en la que 29 miembros del servicio de digestivo agradecen a Ruiz del Árbol y a otros cuatro despedidos su dedicación durante más de 36 años. “La sanidad pública no me ha dado ni las gracias y esgrime razones falsas para no dejarme seguir”, explica este reputado hepatólogo experto en cirrosis al que la Comunidad le había dado hace meses una prórroga para ejercer su profesión cinco años más, hasta los 70.
Trajeado, con gafas y maletín negro, Ruiz del Árbol devuelve el golpe con contundencia. “En un año el servicio ha perdido el 30% del personal”. “No les preocupa el paciente, sino un supuesto ahorro que no será tal”, explica en un despacho en la planta décima del enorme monstruo del norte de la ciudad, que atiende a una población de 600.000 personas. Este médico, de uno de los servicios preferidos por los primeros alumnos del MIR, y con publicaciones en revistas científicas de prestigio, deja un ensayo clínico a medias. En la conversación refleja cierta amargura. Hay quien se va con la impresión de que la sanidad pública —en Madrid y en la mayoría de las comunidades— cierra los mejores 30 años de vida.
Ruiz del Árbol es solo un ejemplo de algo que desde hace algunos años ocurre en toda España. Las comunidades —Asturias, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía...— decidieron que para rebajar sus presupuestos sanitarios dejarían de prorrogar la estancia de los médicos más allá de los 65 años, como lo venían haciendo. Aunque solo Madrid lo ha hecho de golpe, en un día, sin preaviso ni planificación y descabezando servicios.
Solo el 10% de las plazas se reponen, por lo que la sanidad pública ha perdido a cientos y cientos de médicos, muchos de ellos jefes de servicio y de sección, en buenas facultades físicas y deseando seguir. Entre ellos, seguro que hay facultativos prescindibles, pero también eminencias, referentes en su campo, los cirujanos a los que recurren sus compañeros cuando tienen un problema. Ahora pasan a cobrar una pensión del Estado y, en el mejor de los casos para ellos, a compaginarlo con la sanidad privada, la gran beneficiada de esta descapitalización, según la mayoría de las fuentes consultadas.
La Comunidad de Madrid, inmersa en el mayor plan de privatización sanitaria de España —la gestión de seis hospitales y un número aún indeterminado de centros de salud pasará a manos de empresas—, y en el movimiento de protesta del sector sanitario más unánime hasta ahora, justifica la decisión en el ahorro. Prescindir de las nóminas de estos profesionales supone dejar de gastar 60 millones anuales; 40 este año, según sus datos. El presupuesto anual para sanidad ronda los 7.100 millones. Los médicos que trabajan en el sistema público son unos 17.000.
Está por ver cómo afectará esta marcha masiva, ya que la consejería no facilita datos desglosados por hospitales ni especialidades. Las cifras de jubilados que da la Comunidad bailan. Primero afirmó que dejaban el sistema 455. Luego, en una entrevista en Abc con el consejero, el número era 426. Y después, el responsable precisó que los forzosos eran 367, a la espera de revisar la documentación de otros 41 y sumando 132 mayores de 65 que no habían hecho la solicitud formal para seguir. El Colegio de Médicos eleva la cifra hasta unos 700.
El presidente regional, Ignacio González, del PP, se ha defendido de las críticas de que el despido ha sido frío. “Comprendo que el lenguaje administrativo y las resoluciones no introducen esos elementos” cercanos, dijo. Pero “hay mucha gente que se jubila todos los días en la Administración” y con todas ellas se dan “comunicaciones formales”, declaró a Telecinco. “Lamento profundamente si ha habido médicos ofendidos”, aseguró el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, que también insistió en que se trata de “una resolución administrativa y no puede ser otra cosa”. La jubilación masiva de médicos se suma al incendio sanitario que desde octubre consume al PP madrileño. Ninguna organización sanitaria —Colegio de Médicos, sociedades científicas, plataformas de profesionales— apoya sus planes. Una consulta popular sobre la privatización auspiciada por más de 70 entidades de la marea blanca ha recogido más de 900.000 votos en cinco días.
El hospital Niño Jesús, centro pediátrico de referencia nacional, ha jubilado a su único nefrólogo, José Luis Écija. “Tenía niños programados, así que las consultas las pasan pediatras sin especiales conocimientos de nefrología”, explica un MIR del centro, que prefiere no ser identificado: “Una derivada de esto es que nosotros, los residentes, tenemos que rotar un mes en el servicio de nefrología; y sin nefrólogo, no hay rotación”.
Otro hospital, el Santa Cristina, en la capital, acaba de quedarse sin sus dos únicos endocrinos. Lola Cobeña, madre de una paciente, escribió a EL PAÍS para denunciar que había recibido una llamada del hospital con el aviso de que no le podían mantener la cita por la jubilación “de un día para otro” de su médico y del otro especialista que había. “Han echado a cinco de 11”, resume Antonio Gómez Pan, al que le quedan días como jefe de servicio de Endocrinología de La Princesa, del que depende el Santa Cristina: “La verdad es que estoy muy contento de irme de este barco. No se imagina la catástrofe que va a ocurrir aquí, en solo dos o tres meses. Mi servicio se queda amputado”.
La consejería asegura que “todos los pacientes seguirán siendo bien atendidos”. “Se ha contratado a un nuevo endocrino en Santa Cristina que asume las funciones”, según un portavoz.
“En realidad, esto es un ERE encubierto”, opina Eduardo Lobo, jefe de servicio de Cirugía del Ramón y Cajal y responsable del plan estratégico de cirugía general y del aparato digestivo de la Comunidad de Madrid, que sigue en el cargo. Nueve de los cirujanos de su equipo con más de 65 años solicitaron seguir otro año. A seis se lo denegaron. “No se verán afectados ni la patología urgente ni los pacientes ingresados”, asegura. “Pero es evidente que va a aumentar tremendamente la demora para las consultas y las listas de espera quirúrgicas. Se van a disparar”.
Al recibir la carta, muchos médicos decidieron tomarse los días de vacaciones pendientes hasta el 15 de mayo, cuando empieza formalmente la jubilación. Francisco Javier Cerdán es de los que optó por seguir ejerciendo. “Voy a seguir operando hasta el último día. No me van a quitar ese gusto. Tengo pacientes y no les puedo dejar. A los que me queden pendientes les escribiré una carta”. Hace un par de horas ha terminado una operación a la madre de un colega. “¿Tengo aspecto de jubilado?”, ironiza este jefe de sección de Cirugía al presentarse en los pasillos del hospital Clínico. No lo parece. Con su bata blanca sobre el pijama verde es un médico más. Tiene 65 años: “La cirugía la aprendes con los años y yo ahora siento que estoy en mi mejor momento, capaz de transmitir lo que sé a otros colegas”. Fuentes del Clínico cuentan que los pacientes con cáncer de colon o recto querían que les operara Cerdán. Él explica que lleva la dirección de 10 tesis doctorales con las que no sabe qué pasará.
Los criterios de selección en Madrid no son públicos. La consejería no explica cuál ha sido el baremo para decidir el 30% de médicos como máximo que sí se quedarán pese a superar los 65 años. Los facultativos tuvieron que presentar una memoria que recogiera su trayectoria profesional, su actividad en el último año y un proyecto con sus planes para los siguientes 12 meses. No hay puntuación que permita comparar y los médicos no saben quién ha evaluado qué. Esto ha generado sospechas de favoritismo y amiguismo. De que los jefes de servicio o los gerentes han elegido a sus amigos, a menudo, a los menos problemáticos o significados políticamente.
Entre los jubilados cunde también la impresión de que el apoyo masivo en los hospitales a la marea blanca de protesta contra la privatización ha señalado más a unos que a otros. Varios médicos recuerdan que Antonio Burgueño, director general de Hospitales, supera los 70 años.
Javier Martínez Salmeán, jefe de servicio de Ginecología del Hospital Severo Ochoa de Leganés desde 1986, es de los jubilados a la fuerza. Cree que su salida no es algo personal contra él, pese a que está considerado como próximo al PSOE, asesoró en la reforma legal del aborto de Zapatero y fue de los primeros en practicar interrupciones del embarazo en la sanidad pública. Sí opina que la selección se ha cebado con el Severo Ochoa, un hospital que se rebeló contra la Comunidad cuando acusó a Luis Montes de sedaciones ilegales: “Aquí no ha habido renovaciones. Es un hospital muy castigado”.
Otras comunidades llevan meses aplicando esta política en forma de goteo. Murcia ha jubilado forzosamente a 400 médicos durante los últimos dos años, según los cálculos de la presidenta del Colegio de Médicos, Isabel Montoya. “Del principal hospital, el Virgen de la Arrixaca, han jubilado a ocho jefes de servicio y a 28 jefes de sección. Han descabezado la organización de líderes clínicos y de conocimiento”, critica.
Francisco Miralles, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, conoce bien el caso de Murcia, donde ejerce. “La gran beneficiada es la sanidad privada, que podrá contratar a precios razonables a médicos formados”. Añade que en Madrid tendrán más trabajo las privadas que operan los excedentes de la lista de espera, algo con lo que coinciden otros consultados. Miralles matiza el ahorro que supondrá para el ciudadano. “Con las jubilaciones, la comunidad autónoma hace caja, pero se lo carga al Gobierno, que es quien se encarga de las pensiones. El ahorro para el contribuyente es mucho menor”.
Su idea es que si el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, asfixia a las autonomías con sus objetivos de déficit, estas se la devuelven con cientos de médicos con derecho a la pensión máxima que sobrecargan el sistema de pensiones y que contradicen las tesis del Gobierno del PP y de la Comisión Europea de que hay que alargar la edad de jubilación.
Un asesor fiscal especialista en medicina que pide no ser citado ha trabajado para muchos de estos jubilados: “Por edad y categoría, la mayoría se va con la pensión máxima, 2.500 euros al mes en 14 pagas. Si quieren trabajar en la privada deben renunciar al 50% de la pensión, pero hay quien crea una sociedad con familiares que facture a la clínica privada. Así mantienen la pensión íntegra, siempre que no haya una inspección de trabajo”. Su conclusión es que los médicos conocidos y buenos pasarán a ganar más dinero. El sueldo medio bruto de los jubilados forzosos es de 85.000 euros, según el ahorro estimado por la Comunidad de Madrid, a lo que habría que restarle lo que retorna al Estado en impuestos y cotizaciones. El gasto en pensiones será de unos 35.000 euros por médico.
Las formas han dolido más a muchos jubilados forzosos que el hecho de tener que replantearse su futuro en apenas 15 días.
“Más que el hecho de que no me renueven, temo por el futuro de la sanidad”, asegura Manuel Gutiérrez, neuropatólogo y jefe de sección del Hospital de La Paz especializado en tumores cerebrales. “Mi adjunta se jubiló el 16 de febrero, así que pensé que tenía posibilidades de seguir. Dije en mi solicitud de prórroga que no había nadie más en este laboratorio que pudiera hacer lo que yo hago, pero no fue suficiente. Han usado argumentos falsos para denegar la continuidad. Este campo se queda absolutamente huérfano”, lamenta.
Víctor Gutiérrez Millet, nefrólogo del Hospital 12 de Octubre, está convencido de que nadie ha leído siquiera las memorias que presentaron. “La carta es de una crueldad increíble, sin una palabra de agradecimiento tras 40 años de servicio”, añade. Los textos con los que se anuncia el final de carreras de décadas en la sanidad pública emplean las mismas frases y párrafos prácticamente idénticos. Repiten, por ejemplo, que los servicios que dejan los jubilados tienen suficiente dotación. “Eso es una falsedad”, insiste Gutiérrez Millet. De su servicio se va también María Teresa Ortuño, que denuncia la “falta de respeto absoluta” con la que les han tratado. Luis Miguel Ruilope, referente mundial en el estudio de la hipertensión, es el tercero. Deja a medias un proyecto financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) del Gobierno.
Buena parte de los jubilados forzosos consultados aseguran que recurrirán la decisión. “Yo tengo una prórroga firmada que se han saltado a la torera”, se queja José Roldán, jefe de sección de Radiología de urgencias del 12 de Octubre. Solo en este hospital se van 150 profesionales, según fuentes del centro. La anterior normativa permitía prorrogar un máximo de cinco años, hasta los 70, a casi todos los facultativos que lo solicitaban, siempre que pasaran un examen físico y psicológico.
El presidente madrileño, Ignacio González, anunció en octubre pasado —junto con el euro por receta y la privatización de hospitales— su intención de jubilar a los médicos mayores de 65 años. Hace unas semanas se publicó el Plan de Ordenación de Recursos Humanos que le da forma. “No pueden cambiar la ley con efecto retroactivo”, exclama Rufino Paz, internista del hospital de Getafe de 68 años que asegura tener intacta la motivación de los 30. “Había médicos que tenían la prolongación y no daban ni golpe, todos lo sabemos, pero no es mi caso, ni el de otros muchos”, asegura. Los recursos no son sencillos. El Tribunal Constitucional ha avalado esta semana la jubilación forzosa de un médico del Instituto Catalán de la Salud. Las autonomías pueden decidir si prorrogan la vida laboral y hasta cuándo, según el auto.
José Luis Larrea, cirujano cardiaco de La Paz, relata que cumplió los 65 el 5 de mayo: “Les faltó tiempo para llamarme, como si tuvieran prisa por echarme tras 38 años dedicados en exclusiva a la sanidad pública”. Asegura que deja un ensayo de investigación con células madre y está convencido de que nadie se ha leído la documentación que presentó.
Vicente Silvestre, cirujano general y del aparato digestivo del hospital de Móstoles, califica de “difamación” el contenido de la carta de Sanidad. Con Silvestre se va un cirujano que en los últimos 15 años ha operado a unos 400 pacientes con obesidad mórbida y que, afirma, era el único que realizaba esta técnica en el centro: “Hay otros 100 en lista de espera y no sé quién los va a intervenir. Acabarán derivados a los hospitales privatizados. Porque a mí no me va a sustituir nadie”.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/10/actualidad/1368196713_913521.html

Enlaces relacionados:

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/02/actualidad/1367523764_491859.html?rel=rosEP

http://politica.elpais.com/politica/2012/08/06/actualidad/1344284347_177524.html?rel=rosEP



 

domingo, 21 de abril de 2013

¿Investigación? No, gracias

Queda bien decir que la ciencia es muy interesante, nadie lo va a negar, pero llegado el momento de un compromiso tangible el apoyo no pasa de ser flojito.

 Manuel Vicente

La ciencia me entusiasma. Obtener con experimentos respuestas a lo que nos preguntamos produce gran satisfacción. Además de conocimiento generamos valor. En España investigar es además excitante. Cada día, cuando el investigador español se despierta nunca sabe con qué reforma se va a encontrar, o con qué regla burocrática le van a sorprender, al menos a mí me pasa. Puede ser que reduzcan el presupuesto, o el sueldo, que vaya a desaparecer el laboratorio o el puesto de trabajo, todo más excitante que un reality.Además, a diario nos desafían para que siendo pobres seamos “excelentes”, para competir en programas internacionales, y nos piden cada año identificar los grandes hitos logrados, esos que la ciencia bien financiada suministra cada medio siglo.
 Uno esperaría que si el ministro del ramo dice que hay que buscar nuevos recursos económicos, los expertos como él o su ministerio estarán desviviéndose para financiar más proyectos, más contratos para doctorandos, mejor funcionamiento de los centros de investigación. Pero si lo hiciesen nos dejarían muy poca emoción a los investigadores. Y si los fondos asignados no bastan, el investigador vería bien que los gestores de la investigación hicieran notar que no se puede seguir, que dimitiesen en su conjunto. Algo que en Francia ocurrió hace una década. El público opina que la investigación es buena y provechosa, e incluso confía en los científicos. Queda bien decir que la ciencia es muy interesante, nadie lo va a negar, pero llegado el momento de un compromiso tangible el apoyo no pasa de ser flojito. Pasándose de ingenuo, el científico pensaría que llegado un punto y, al menos de manera testimonial, los investigadores nos sublevaríamos. Pero no lo hacemos.
La investigación en España ya digo que es excitante, y me produce frecuentes subidas de adrenalina. Empezó tras incorporarme al CSIC cuando estuve cuatro años sin poder pedir un proyecto, y continúa hasta leer las noticias de estos mismos días en las que el ministro nos dice que nos busquemos la vida, y el presidente de mi institución aconseja a los doctorandos que vayan preparando las maletas. Ha sido muy excitante vivir cómo la Comunidad de Madrid dejó de patrocinar la feria Madrid es Ciencia, en teoría para mejorar su impacto convirtiéndola en una feria virtual, tan virtual que ha desaparecido. Y notar que varios Gobiernos han reducido los fondos de investigación, tanto que el CSIC, según su presidente, puede dudar entre pagar las nóminas o los recibos de la luz.
¿Y los fondos privados? Alguna que otra emoción me proporcionó la Fundación March cuando hace una década suspendió su excelente programa de simposios internacionales, y también La Caixa cuando hace un mes anunció el cierre del Museo de la Ciencia de Alcobendas; es un buen sitio para motivar a los jóvenes. Es todo como volver, tras 40 años, a mis tiempos de becario, avanzando hacia el siglo XX para acercarse al XIX. ¡Ahora no me digan que la ciencia en España no es excitante!

Miguel Vicente es profesor de investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología. Ha coordinado cuatro proyectos científicos de la Comisión Europea.

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Go Big and Go Fast — Vaccine Refusal and Disease Eradication


Saad B. Omer, M.B., B.S., Ph.D., M.P.H., Walter A. Orenstein, M.D., and Jeffrey P. Koplan, M.D., M.P.H. N Engl J Med 2013; 368:1374-1376. April 11, 2013

Disease eradication is an attractive public health goal. In addition to eliminating illnesses and deaths, eradication can lead to substantial cost savings. Eradication has been attempted for many human and animal diseases, such as smallpox, malaria, hookworm disease, polio, rinderpest, yaws, dracunculiasis (guinea worm disease), and yellow fever, and many tools have been employed in these efforts. But in the two diseases that were successfully eradicated, smallpox and rinderpest, the main tool was a vaccine. Eradication strategies for polio (a major current focus of global eradication efforts) and measles (whose eradication is being considered) rely on high vaccination coverage through routine and supplementary immunization.
Eradication efforts for vaccine-preventable diseases face many challenges, including vaccine refusal. Such refusal in communities in northern Nigeria and Pakistan, for example, has caused major setbacks to global polio eradication, contributing to continued endemic transmission of poliovirus in these countries and to the reintroduction of wild-type poliovirus into countries where transmission had been interrupted. Although wild-type polioviruses are no longer endemic in India, refusal played some role in delaying elimination. The resurgence of measles in Europe, partially attributed to vaccine refusal, threatens its regional elimination and eventual global eradication. It is therefore important to understand the determinants and dynamics of vaccine refusal affecting disease-eradication initiatives.
Many factors contribute to the development of clusters of people who refuse vaccines, including changes over time in attitudes toward vaccines. If aggressive control efforts have substantially reduced a disease's incidence, few people in a given community may have direct (or indirect) experience with that disease. Therefore, successive age cohorts have only a vague collective memory of the disease's dangers, whereas people may frequently hear about real and perceived adverse effects of vaccination. Parental perception of risks and benefits associated with vaccines is thus altered, and vaccine refusals often increase.1 North American and European countries, for example, have seen substantial reductions in the rates of vaccine-preventable diseases. Since vaccines against measles, mumps, rubella, and diphtheria were introduced in the United States, their incidence has been reduced by more than 99%, and the incidence of tetanus has fallen by 94% since routine tetanus vaccination began.2,3 These decreases have coincided with increases in vaccine refusal in the United States and Europe.
The notion that vaccine acceptance is influenced by rates of vaccine-preventable diseases is supported by theories from behavioral sciences. For example, a useful framework for understanding vaccine acceptance is the health-belief model, according to which the uptake of a health intervention is associated with perceived susceptibility to and severity of the relevant disease and the intervention's safety and efficacy. Empirical studies have validated this model as a predictor of vaccine refusal. In the context of eradication, reduction in disease incidence reduces the perceptions of susceptibility to disease and its complications, diminishing an important motivation for accepting a vaccine.
It is often assumed that this phenomenon does not apply to low-income countries where there is increasing opposition to vaccines, despite the high burden of infectious diseases. This perspective misses an important point: perceptions regarding vaccines are often vaccine-specific and disease-specific. For example, in high-income countries, although many parents have generalized concerns regarding immunization, perceptions of specific vaccines vary considerably. Similarly, the more prominent instances of vaccine refusal in low-income countries have been specific to vaccines for diseases with actual or perceived low incidence. Refusal of the polio vaccine in northern Nigeria and parts of northern India, for instance, was vaccine-specific: communities that refused polio vaccine were still demanding measles vaccines. In fact, the low polio rates, achieved through intensive immunization efforts in previous years, were a reason why many did not consider polio eradication a priority: “Some people have never even seen polio, but yet they keep giving us medicine for it,” one Nigerian told a researcher. “If you look around it is hard to find 2 or 3 people with polio, but it is easy to go to the hospital and find 50 people sick with no money to buy the medicine they need to be treated with. Help them instead, but No! You find a small baby who is well and drop medicine in his mouth, for free!”4
Although change in the epidemiology of a vaccine-preventable disease is important in determining support for the vaccine, it is not the only important factor involved. Local sociopolitical, demographic, and health-system–related issues and competing health problems (e.g., HIV infection and malnutrition) affect both the response of parents and the community and the effectiveness of control programs. For example, in Nigeria, local politics, distrust of the central government and the West, and the history of unethical practices of Western pharmaceutical companies all contributed to polio-vaccination resistance.4 Similarly, in northern India, the resistance to polio vaccination was centered in the Muslim minority communities that have historically felt marginalized. But local factors operate in a milieu of decreased appreciation of vaccines — an argument supported by the specificity of opposition to polio vaccine.
Other major challenges to disease eradication include suboptimal vaccine effectiveness in certain populations, emergence of vaccine-derived pathogenic strains, difficulties in reaching migrant populations, chronic underfunding, international conflict, and violence against health workers. The relative importance of various challenges, including vaccine refusal, varies among and within countries.
Resistance to vaccination can be overcome with carefully planned and executed social mobilization initiatives and bundling of eradication-related vaccination with other services that have higher acceptance among the target population. For example, polio-eradication efforts in India led to the successful elimination of polio transmission in January 2011. But addressing vaccine refusal may require substantial human and financial resources. In northern India, it took sustained multiyear efforts and involvement of nontraditional stakeholders (such as Muslim religious leaders) to overcome resistance to vaccination. Implementing high-intensity communication and social mobilization programs is more challenging when factors such as lack of security are at play, as is the case for polio elimination in Afghanistan and Pakistan.
The next vaccine-preventable disease being considered for global eradication is measles. A global technical consultation commissioned by the World Health Organization (WHO) to assess the feasibility of global measles eradication concluded that “measles can and should be eradicated.”5 This conclusion has been endorsed by the WHO Strategic Advisory Group of Experts on Immunization, and regional elimination goals have been established by all WHO regions except the Southeast Asian region. However, there has been no target date set for global eradication. Initiatives for eradicating diseases with a high herd-immunity threshold (such as measles, which has a threshold of approximately 94%) are more vulnerable to the effects of pockets of vaccine refusal than are attempts to eradicate disease with lower herd-immunity thresholds, such as smallpox (which had a threshold of approximately 80 to 85%).
One lesson from past eradication efforts is that the last mile is the longest. Aggressive early efforts often cause dramatic reductions in disease rates, which paradoxically increase the risk of vaccine refusal. It is difficult to quantify the precise rate of decline in favorable perceptions of a vaccine, so it's challenging to predict the exact timing and location of emergence of clusters of vaccine refusers. Yet it's reasonable to assume that the longer it takes to move from aggressive control or regional elimination to global eradication, the more likely it is that vaccine refusal will emerge.
Eradication should therefore not be a halfhearted effort. Aggressive disease control is in itself a worthy public health goal, but it shouldn't be assumed to be an automatic stepping-stone to eradication. If a disease such as measles is considered a priority by the global public health community, human and financial resources should be committed up front to a full-scale eradication initiative, conducted with a sense of urgency. If we don't “go big and go fast,” we may have to spend a prolonged period on eradication efforts with a diminished likelihood of success.

martes, 9 de abril de 2013

Los recortes enferman a Portugal

Los recortes enferman a Portugal

La cirujana Pilar Vicente trabaja en el hospital público de São José, en el corazón de Lisboa, en el atareado departamento de urgencias. Se sienta a la mesa de una cafetería en un patio, con la bata blanca, al lado de una auxiliar de bata azul a la que no conoce. Lleva en este mismo puesto de trabajo 25 años y asegura que la atención médica se deteriora día a día, consecuencia del recorte progresivo y creciente a la que la somete el Gobierno. Explica que ya no hay tantos anestesistas —“ya no les dejan hacer horas extraordinarias”—, ni tantos enfermeros que acompañen a los enfermos por los pasillos —“están despidiendo mucho”—, que el material comienza a escasear —“las máquinas de cirugía se estropean y no se reponen”— y que cada vez son menos para luchar contra ese derrumbe: “Hace dos años éramos siete en el turno de urgencias; después pasamos a cinco. Ahora somos cuatro y llegaremos a tres. Así, vamos de cabeza, sin tiempo”.
Hay enfermos, según explica Vicente, a los que el traslado al hospital les cuesta 30 euros: “A mi propia suegra, que tenía una trombosis cerebral, le pagamos el traslado desde el asilo al hospital”. Y hay una complicada burocracia que parece sacada de un cuento de terror: “Si eres enfermo crónico, no pagas el traslado si vas al hospital a una consulta de tu enfermedad; pero sí pagas si vas a otra consulta. Si tú estás enfermo de cáncer, no pagas la consulta cáncer, pero si es de otra cosa, tienes que pagar siete euros”. Vicente mira a la puerta, donde un cartel informa a todo aquel que entra de que una consulta de urgencias cuesta 20 euros, de la que quedan exentos algunos pensionistas y los niños.
Y todo va a ser peor. Y pronto. El primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, avisó de que el Gobierno, para tapar el agujero que la sentencia del Tribunal Constitucional le hace en sus cuentas públicas, calculado por el propio ministerio de Finanzas en 1.300 millones de euros, va a ahorrar en sanidad, en educación en gastos de Seguridad Social y en transportes públicos.

“No me imagino de dónde pueden cortar más”, explica la cirujana Vicente. La auxiliar de la bata azul tampoco. Mira a su compañera de mesa, se levanta y dice: “Este es un país de vergüenza”. La cirujana no sabe de dónde recortar. El Fondo Monetario Internacional (FMI), una de las patas de la troika, sí. Hace unos meses, presentó un informe, elaborado a petición del Gobierno portugués, en el que le indicaba de dónde se podría ahorrar 4.000 millones de euros a fin de poner en marcha un nuevo plan de recortes, un plan reactivado ahora a toda prisa con la sentencia del Tribunal Constitucional.
Según el FMI, hay que despedir a cerca de 100.000 empleados públicos de los 600.000 con los que cuenta Portugal. Así que pronto habrá menos médicos, menos compañeros de la cirujana Vicente, menos anestesistas. Las consultas que ya son de pago deben subir, según el FMI. El Diário de Notícias informó hace meses que, según este informe de esta institución, una visita a urgencias saldrá por 50 euros y una consulta normal y corriente, por diez. El FMI también aconseja acabar con las 35 horas semanales que ahora disfrutan los empleados públicos por las 40 que trabaja todo el mundo y subir un año la jubilación, de los 65 a los 66.
El FMI también recomienda despedir a cerca de 15.000 profesores de los aproximadamente 100.000 con que cuenta el sistema portugués. El Gobierno de Passos Coelho ya ha echado, en los últimos años, a cerca de 10.000. Una de las inmediatas consecuencias es la de que el número medio de alumnos ya es de 30 (en 2011 era de 28). Así que, de cumplirse las negras previsiones del FMI (y el anuncio del primer ministro) los alumnos en una misma aula aún crecerán más y aprender será más difícil. Además, ya no hay profesores de apoyo, ni docentes de sustitución en muchos centros.
Así, mientras los responsables del ministerio de Finanzas deciden si hacer caso o no a las indicaciones de los expertos del FMI, los portugueses aguardan, con una mezcla difusa de miedo y hartazgo, las nuevas medidas de austeridad, porque ya saben que les convertirán en ciudadanos más pobres de un país más pobre.

 

martes, 2 de abril de 2013

GREGORY WINTER Premio Príncipe de Asturias de Investigación 2012 e Invitado al Congreso de Inmunología de Salamanca

“El siguiente reto son anticuerpos que actúen contra varias dianas”

 GREGORY WINTER "Premio Príncipe de Asturias de Investigación 2012" será el responsable de la conferencia de Clausura en el Congreso de Inmunología de este año.


El químico británico Gregory Winter, de casi 62 años —los cumple el 14 de abril—, ganó el año pasado el premio Príncipe de Asturias de Investigación. Transformado en bioquímico (hay webs que le llaman biólogo; otras, ingeniero genético), fue el artífice de una de las claves en el tratamiento de multitud de enfermedades: el uso del sistema inmunitario o de sus peones, los anticuerpos, para combatir desde el cáncer hasta enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide. Pero “eso ya está funcionando”, dice sin falsa modestia. “Ahora el reto es conseguir anticuerpos con varias funcionalidades, que actúes sobre varias dianas”, afirma. “Con ello los tratamiento serían más fáciles. Igual que en el cáncer aparecen resistencias y hay que dar otro fármaco, si el mismo medicamento tuviera varios objetivos sería más útil”.
Winter llegó a la inmunología de rebote. “Como químico, lo que me interesaban eran los catalizadores, las sustancias que intermedian en las reacciones. En la mayoría de la química, estos actúan a elevada presión y temperatura, y con disolventes orgánicos, pero en los sistemas biológicos esto no es así: las enzimas, que son los catalizadores naturales, lo hacen en condiciones ambientales”, afirma. Por eso cuando se licenció su trabajo se orientó “a fabricar una enzima sintética, daba igual para qué reacción. Lo importante de las enzimas es que tienen huecos, lazos, sitios donde se meten los compuestos que van a reaccionar. Son estructuras muy precisas”, explica.
Esa configuración especial fue el vínculo con la inmunología. Los anticuerpos (las moléculas que marcan los microorganismos —virus, bacterias, hongos— extraños al organismo para su destrucción posterior) tienen una propiedad similar: son específicos, se unen de manera de concreta a las proteínas. “Fue mi jefe, el argentino César Milstein, también en Cambridge, el que me animó a cambiar la orientación de mi trabajo”, recuerda. “Aunque yo estaba involucrado en el trabajo con anticuerpos desde un punto de vista diferente del suyo, porque yo era químico y lo veía más desde el punto de vista de las estructuras, él ya estaba trabajando desde un punto de vista clínico”.
De aquel trabajo surgieron los primeros tratamientos biológicos como los anticuerpos anti-TNF, comercializados con el nombre de Humira, un tratamiento que ya está indicado para multitud de enfermedades, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn o la espondilitis. Aunque en otras enfermedades el modelo animal, los ratones, suelen ser solo una primera fase que muchas veces se frustra, “en este caso eran muy buenos y los resultados son completamente predictivos en humanos”, afirma. “Los problemas eran similares”.
Aquellos descubrimientos fueron en los ochenta. “Se pensó que con los anticuerpos humanizados habíamos encontrado la panacea, pero aquel entusiasmo se paró”. No porque sean inefectivos, advierte. Pero hay varios retos pendientes. Uno de ellos es el precio.
“Es posible que la síntesis química sea más barata que la actual, por medio de cultivos celulares. Si el péptido es pequeño, puede ser más barato fabricarlo de nuevo. Tendría la ventaja de que todas las moléculas serían idénticas —algo que no sucede con las obtenidas de cultivo, donde hay una gran variabilidad por mutaciones y recombinaciones— y que se evitarían procesos como la purificación”, afirma. No es hablar por hablar. “Cuando tengamos un candidato prometedor, pero hay una barrera, que es establecer el sistema GMP [siglas en inglés de buenas prácticas de fabricación, el estándar de calidad ]”.
Winter, que es también un hombre práctico —no en vano su método de síntesis se usa en la mayoría de los procesos y ha convertido sus productos en superventas— apunta otras posibles vías de ahorro: “Fabricar anticuerpos pequeños. Las moléculas pequeñas tienen otras ventajas. Se trataría de quedarnos solo con la parte esencial, los bucles, los puntos de unión. Tiene la desventaja de que duraría menos en el torrente sanguíneo, pero, en cambio, podría atravesar barreras biológicas, membranas celulares que los grandes no pueden”.
Ello, unido a la polifuncionalidad, son sus objetivos en este momento. O sus aspiraciones. Y, junto a ello, claro, el ajustar “cada tratamiento a cada paciente”. “Saber que lo que le vas a dar, que es caro, va a funcionar”. Muchos retos para una mente que, pese a la tranquilidad con la que habla, es capaz de acelerarse cada vez que se le cuestiona.

 

jueves, 14 de marzo de 2013

Joan Massagué: "El Gobierno tiene una feroz indiferencia hacia la ciencia"


Joan Massagué: "El Gobierno tiene una feroz indiferencia hacia la ciencia"


http://www.lavanguardia.com/ciencia/20120514/54293474830/joan-massague-gobierno-tiene-indiferencia.html

Hace quince meses, pocas semanas antes de las últimas elecciones generales, Joan Massagué alertó en una conferencia en Barcelona del "riesgo muy alto de implosión" de la ciencia en España. El pasado mayo, en otra conferencia, constató "la feroz indiferencia" del nuevo Gobierno hacia la ciencia. Cuando Massagué habla de política científica, los especialistas que se preocupan por la investigación le escuchan. Sus opiniones nunca son gratuitas ni superficiales. Asesora desde hace años, cuando se lo piden, a ministros y consellers. Andreu Mas-Colell reconoció hace unos meses que "en tiempos de crisis necesitamos su asesoría, aunque sea duro y exigente".

Han pasado nueve meses desde que habló de feroz indiferencia. ¿Dónde estamos ahora?
Ahora diría que el Gobierno central está practicando un despreocupado exterminio de la ciencia.

¿Un exterminio deliberado?
Las actuaciones del Gobierno han sometido a la ciencia a una presión eliminativa. Primero se ha hecho con la mera indiferencia, la actitud de decir "hay problemas más importantes". Después, en respuesta a intentos para sostener la investigación, con la negativa reiterada, la actitud de "no, no y no. No se hará". Por eso la ciencia en España está amenazada de exterminio.

El Gobierno argumenta que hay que recortar.
Incluso cuando hay restricciones se pueden hacer mejor las cosas. Se trata de financiar a los grupos de investigación más destacados y a aquellos que hayan mostrado promesa clara de serlo, para que puedan sobrevivir hoy y surgir como líderes mañana. Otros gobiernos, también en situaciones económicas dramáticas, han protegido la investigación.

¿Por qué habría que mantener los presupuestos en ciencia antes que en otras áreas?
Porque es un área estratégica que requiere una inversión muy pequeña en comparación con otras áreas. Conviene preguntarse: ¿cuál es el valor de futuro de las inversiones? ¿Cuál es el coste y cuál será el beneficio? ¿Cuál es el coste de la investigación en comparación con el de, por ejemplo, un aeropuerto?

¿España está sufriendo una fuga de talento?
Lo que más veo es que hemos perdido capacidad de atraer talento de otros países. Hay menos investigadores que se planteen venir a España. No porque aquí no siga habiendo buenos centros, sino porque la imagen que había conseguido España como un país que apuesta por la investigación se ha perdido.

¿Qué impacto tendrá esto en el desarrollo de España y Catalunya en el futuro?
Está muy bien establecido, aunque conviene repetirlo, que la investigación científica es un motor de la economía. En el grupo de países entre los que España quiere encontrarse, no hay ni uno solo que no tenga una inversión importante, sostenida y de calidad en investigación.

Que los países prósperos apuesten por la investigación no significa que la investigación sea la única fuente de prosperidad económica.
La única no. Pero si un país no protege la investigación científica se está atando una mano a la espalda. Se está privando a sí mismo de uno de los instrumentos más baratos y de más alto rendimiento para generar riqueza y prestigio nacional.

¿Cómo cree que quedará la ciencia en España a medio plazo si no se corrige la situación?
Confío en que se corrija, aún estamos a tiempo. Sería falso decir que todo está perdido, que ya no hay nada que hacer. Hay personas, instituciones y gobiernos que lo están haciendo bien. Fijémonos en ellos.

¿Quién lo hace bien?
El ejemplo más próximo es el de Catalunya. Andreu Mas-Colell y su equipo están luchando para que el sistema que tanto ha costado levantar no se derrumbe. Pero con la presión presupuestaria creciente temo que no aguanten. En el Gobierno central, Carmen Vela es una persona válida, pero ha sido grotescamente desprovista de capacidad de acción por los suyos. El edificio de la ciencia es muy difícil de construir, muy fácil de derribar y después muy difícil de volver a levantar. Basta con fijarse en Rusia, donde la investigación nunca ha recuperado el nivel que tenía en tiempos de la Unión Soviética.
¿Qué consejos daría a los jóvenes con vocación científica que ven que España tal vez no ofrecerá oportunidades de dedicarse a la investigación?
Nadie debe ser disuadido de dedicarse a la ciencia porque la situación en este momento no sea buena. La ciencia en España está infinitamente mejor ahora que cuando yo era estudiante. Conviene no perder de vista que los tiempos cambian y que todo lo que baja sube y todo lo que sube baja.

Pero, si tarda mucho en subir, tal vez será demasiado tarde para muchos de ellos.
Estoy convencido de que los jóvenes más brillantes no serán disuadidos. Muchos de los grandes talentos científicos han salido de condiciones precarias. El auténtico talento encuentra su camino.

Siempre que tenga el carácter para sobreponerse a condiciones adversas.
Es que, para ser un gran científico, hay que tener carácter. Igual que para triunfar en los negocios, los deportes o las artes. Si uno es apocado, no es que no pueda hacer buena ciencia, pero estará mermado.

Visto como están las cosas en España, ¿aconsejaría a los jóvenes que se marchen?
Marcharse es bueno. Todo el mundo tiene que marcharse por lo menos un tiempo para conocer nuevas ideas, nuevas tecnologías, nuevos equipos de investigación, nuevas instituciones... La ciencia no sólo consiste en utilizar las pipetas en el laboratorio. También consiste en trabajar con otras personas, gestionar equipos, abrirse a nuevas ideas. Todo esto no se aprende si uno se queda siempre en el mismo sitio. Después, si las condiciones aquí son buenas, siempre se puede volver.

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Barcelona. (Efe) - Joan Massagué, referente mundial en investigación del cáncer, ha denunciado este lunes la feroz indiferencia del Gobierno hacia la investigación científica al haber aplicado unos recortes que, en su opinión, destruyen el talento acumulado durante años en España.
"El Gobierno español tiene una feroz indiferencia hacia la ciencia, es una indiferencia proactiva y agresiva", ha señalado este lunes Massagué en una conferencia en el foro Barcelona Tribuna.
Según el director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) y director del programa de Biología del Cáncer del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center Nova York, un país que se preocupa por su futuro tiene que proteger la ciencia y la investigación.
Sin embargo, esta sensibilidad no existe en el nuevo gobierno de Madrid, por lo que es importante salir fuera y aparecer en los medios de comunicación para decir que si 'Spain is different', Catalunya aún lo es más, porque Catalunya, pese a las dificultades, sigue fichando talento.
No obstante, el experto mundial en cáncer ha lamentado que el recorte del 25 por ciento del Gobierno en investigación afecta a Catalunya y dificultará poder retener a los mejores, porque el talento va donde hay oportunidades.
Massagué, que lidera un equipo pionero en la investigación de los procesos que rigen la metástasis, comparte la necesidad de recortar, pero, a su juicio, tal como lo está haciendo el Gobierno, lo único que se consigue es estrangular promesas y ahuyentar talento.
Por contra, el científico ha abogado por podar bien en función de los resultados científicos que han dado los numerosos centros de investigación de España.
Massagué ha rechazado las actuales políticas españolas de tener un centro de investigación en cada parada de metro y ha apostado por invertir más en los institutos que han brillado, mantener los fondos a los que puedan triunfar en los próximos 5 años y no dar continuidad a los que no dan ni se espera que den resultado.
"Los centros de investigación hay que tratarlos como una empresa normal, en la que se invierte y se piden cuentas, y se continua invirtiendo sólo en lo que funciona", ha añadido el doctor.
En este sentido, Massagué ha apostado por aplicar fusiones de centros para acabar con la gran cantidad de siglas que existen actualmente en España y que, en su opinión, lo único que consiguen es diluir la marca del país como referente internacional.
Ante el actual contexto de falta de fondos públicos, Massagué ha pedido más esfuerzos a los mecenas: "Si el 5 por ciento de los que tienen fondos los invertiera en ciencia, sólo por la satisfacción de tener el nombre agregado al avance del país, la evolución seria enorme".
El investigador catalán ha abogado igualmente por poner más énfasis en la ciencia durante la educación primaria, con el fin de poner en valor el prestigio social de los científicos, sobre todo antes de los 10 años, edad en que los individuos empiezan a definir su talento.