· Los enfermos de países con más presupuesto tienen mejores expectativas
· España se sitúa en el grupo intermedio de Europa
El gasto sanitario está directamente relacionado con las posibilidades de sobrevivir a un cáncer. Cuanto más gasta un Gobierno en sanidad, menor es la mortalidad por esta enfermedad. La asociación entre gasto y resultados en salud es más evidente en el caso del cáncer de mama, según un estudio que publica mañana la revista científica Annals of Oncology. El trabajo se ha presentado en el Congreso Europeo de Cáncer que se celebra estos días en Ámsterdam.
Los autores utilizaron datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de incidencia y mortalidad por cáncer y examinaron su asociación con el gasto en sanidad por persona en 27 países de la UE (todos menos Croacia, el último incorporado). El resultado fue una fuerte correlación inversa entre gasto sanitario y supervivencia al cáncer tras el diagnóstico: a más gasto, la mortalidad es menor. Aunque la investigación no analiza las causas de esta asociación, los autores sugieren que puede deberse a que un mayor gasto permite diagnósticos más precoces y tratamientos más efectivos y accesibles.
Los investigadores vieron que en los países que gastan alrededor de 3.500 dólares (2.588 euros) al año por persona en sanidad, la mortalidad para todos los tipos de cáncer alcanza al 45% de los pacientes diagnosticados. Si se aumenta el gasto en 500 dólares (369 euros), la mortalidad se reduce un 5%, hasta el 40%. “La mortalidad disminuye cuanto más se invierte en sanidad, aunque a medida que aumenta el gasto, las ganancias marginales en mortalidad se reducen”, ha explicado a EL PAÍS el autor principal del estudio, Felipe Ades, oncólogo del Instituto Jules Bordet y profesor de la Universidad Libre de Bruselas.
La importancia del gasto sanitario aumenta en el caso del cáncer de mama, tal y como se imaginaban los investigadores, que decidieron elegir este tipo de tumores por la importancia de los programas de cribado y la efectividad de los tratamientos existentes. El trabajo compara Europa Occidental y Oriental. “Aunque la mortalidad por cáncer de mama es similar en todos los países europeos, al calcular la proporción de muertes por casos diagnosticados encontramos que una fracción menor de pacientes fallecieron en los países de Europa Occidental”, ha relatado Ades.
El trabajo ha despertado especial interés entre la prensa española presente en el congreso, al que EL PAÍS acude invitado por Boheringer Ingelheim. Dados los resultados del mismo, “es probable que las políticas de austeridad provoquen un aumento de la mortalidad por cáncer”, ha afirmado Ades. Los datos utilizados por los autores son de 2008 y no analizan tendencias, por lo que no es posible medir el efecto que ha tenido la crisis y los recortes. España ocupaba ese año el puesto número 13 en niveles de gasto y era el tercero por la cola entre los países de Europa Occidental, solo detrás de Grecia y Portugal. Y eso antes de que el gasto en salud descendiera por primera vez en 2010 (un 5%) y volviera a hacerlo en 2011 (y años sucesivos) debido a los recortes, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El indicador del Banco Mundial que utilizan los autores incluye la suma del gasto público y del gasto privado, pero solo el primero se considera relevante dado que el segundo es poco significativo en la mayoría de países europeos. España gastó 3.125 dólares (unos 2.300 euros) en 2008, una cifra similar a la que habitualmente maneja la OCDE, aunque la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat) reduce mucho la cifra hasta los 1.492 euros por persona. Ades no ha podido explicar esas diferencias. “Lo que importa es la relación entre gasto y mortalidad”, ha dicho el investigador. “A menos gasto, más muertes después del diagnóstico”, ha concluido.
El estudio no tiene en consideración condicionantes como las características genéticas, los estilos de vida, la exposición ambiental o las infecciones, así como otros factores que influyen en la incidencia del cáncer. Además, la mayor incidencia de la enfermedad en los países más ricos también puede estar relacionada con una mayor detección precoz. Los autores volverán a analizar nuevos datos en 2014.